Sitio para acercarnos a la flora del Campo de Montiel y alrededores
Comenzamos...
Las entradas serán sobre lo que voy conociendo y fotografiando sobre vegetación en el Campo de Montiel y alrededores. Conocer siempre ayuda a valorar e incrementar el interés por conservar.
PAGINAS
En las páginas hay presentaciones sobre lugares protegidos e interesantes que voy conociendo del Campo de Montiel y alrededores. Algunas tardan un poco en cargarse.
lunes, 24 de diciembre de 2012
TORVISCO, MATAGALLINA, MATAPOLLO, MATAPULGAS, CHOROVISCO, TORVIZCO, BUFALAGA.
Daphne gnidium es un arbusto de la Fam. Thymelaeaceae de corteza parda a parda-rojiza, cuya floración comienza en verano y se prolonga hasta el otoño. De hecho las fotografías corresponden a finales de noviembre. Alcanza el metro o metro y medio de altura y sus ramas son flexibles. Tiene hojas sésiles, enteras, algo coriáceas, estrechas y alargadas, que están regularmente esparcidas por la parte superior de las ramas.
Sus flores forman inflorescencias paniculadas, que se sitúan al final de las ramas. Son flores pequeñas y tubulares con la base amarilla verdosa. Son hermafroditas y lo que nos parecen pétalos no son tales, sino cuatro lóbulos blanco cremosos que son los sépalos petaloideos, más cortos que el tubo de la flor. Tiene dos vertícilos alternos de 4 estambres cada uno, siendo visible el superior al asomar por el tubo de la flor.
El fruto es bacciforme con pericarpo carnoso. Es un fruto globoso, verde al principio, luego anaranjado y finalmente rojizo. Contiene una sola semilla. El arbusto sigue en floración cuando ya se han formado los primeros frutos, por lo que es fácil observar ambos en la misma planta.
El nombre del género, Daphne, se debe a que la mayoría de las plantas de este género tienen las hojas parecidas a las del laurel y Daphne es el nombre del laurel en griego.
La corteza del torvisco se ha empleado desde muy antiguo como purgante pero se desaconseja su uso porque es un purgante muy violento. Su resina y sus frutos son tóxicos, aunque en ocasiones se usó como cauterizante de heridas. Es vesicante, es decir, produce irritaciones al contactar prolongadamente con la piel.
El ganado no la consume. Su toxicidad está relacionada con algunos de sus nombres vulgares.
Es un arbusto característico de encinares, coscojares, alcornocales y matorrales de sustitución de estos bosques. Es bastante resistente a los incendios, lo que hace que se desarrolle como matorral de sustitución tras los mismos.
Es una planta propia del Sur de Europa, Norte de Africa y las Islas Canarias. En España falta en algunos puntos del Norte. Las fotografiadas pertenecen a claros del bosque en Las Lagunas de Ruidera . Es frecuente en nuestra zona tanto en los bosques de encinas y coscojas como en las zonas aclaradas de los mismos.
sábado, 15 de diciembre de 2012
QUEJIGO, ROBLE CARRASQUEÑO
En nuestros campos tenemos presente al quejigo (Quercus faginea), que al igual que las encinas y coscojas, pertenece a la Fam. Fagaceae. Sin embargo, el quejigo es de hoja caduca, mientras que las encinas y coscojas son de hoja perenne. Realmente en el quejigo se observa el mismo fenómeno que en los robles, ya que sus hojas no son ciertamente caducas sino marcescentes.
Como ya comenté en otra entrada referida a esta especie, la marcescencia se refiere al fenómeno que consiste en que las hojas se mantienen secas sobre el árbol durante un periodo de tiempo largo, que a veces se prolonga hasta la salida de las nuevas hojas. Este retraso en la caída de las hojas es estudiado pero todavía hay diversas teorías sobre sus posibles ventajas. Entre ellas hay quien apunta a la lógica protección que supone el mantenimiento meramente mecánico de las hojas para las yemas del árbol. También hay quien apunta que estas hojas dan sombra e impiden el desarrollo bajo el árbol de especies heliófilas, que competirían por los recursos con el árbol. Por otro lado el mal sabor de las hojas disuade a los herbívoros y sirve de protección a las yemas del árbol. Se plantea que sea una forma de distribuir en el tiempo la asimilación de nutrientes para el suelo que supone el aporte de hojas a dicho medio. Aunque las explicaciones pueden ser muy diversas y todas ellas bastante lógicas, lo que es indudable es el paisaje tan especial que este fenómeno nos ofrece.
Los quejigos fotografiados corresponden a la zona de Villahermosa, donde comparten dehesas con sabinas y encinas. En esta zona hay bastantes quejigos justo junto al arcén de la carretera.
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